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Enlazando palabras...

Pasaron algunos meses desde las últimas palabras en este blog.

Yo no estuve, pero ellas sí.

Las palabras son como  mis amigas. Siempre están conmigo cuando las necesito y en los otros momentos también.

Retomo con una pequeña serie llamada "Enlazando palabras". Y como no soy buena haciendo   envoltorios, ni poniendo lazos a mis regalos; enlazar cintas, elegir papeles y  unir con delicadeza, es algo que admiro en quienes saben hacerlo bien.

Por eso elegí este título, "Enlazando palabras", con cuidado, con esmero, buscando que unas no solo se relacionen con otras sino que ademas se unan con delicadeza y provoquen algo bueno en el interior de alguien, como lo hacen en mi interior.

Aquí las primeras "palabras enlazadas" de esta temporada...
                                                               
Cuando cae la tarde...

Cae la tarde. Es un día gris pero no oscuro.

Entonces me pregunto: ¿Qué hace que un día sea gris pero no oscuro?...

Algunas veces es la lluvia intensa la que hace que un día claro se transforme en gris.

Otras veces  es una tormenta  fuerte la que hace que el cielo celeste rápidamente se vuelva gris.

Pero lo cierto es que el día camina naturalmente su viaje, pasando por el atardecer hasta  llegar a la noche. Y solo hacen falta unos pocos minutos de espera entre estación y estación para que el cielo transforme sus matices claros en oscuros...

Y pensándolo con cuidado, muchas veces pasa eso en nuestra vida.

Un día todo marcha de maravillas, pero un problema repentino hace que ese día se ponga gris…

La siguiente jornada se presenta con algunas dificultades que sumadas a otras provocan una tormenta en nuestra vida y entonces vemos todo gris…

Pero la mayoría de las veces los grises de nuestros días tienen ver con las cosas cotidianas. Algo que salió mal en el trabajo, una discusión familiar, el efecto de algunos medicamentos, nuestros propios pensamientos…

Muchas veces esos grises se disipan con la noche, en el descanso de nuestro hogar, con nuestros seres queridos, o buscando refugio en Dios.

Entonces es el momento de agradecer:

  • Agradecer porque en medio de un día gris Dios también nos muestra su amor y trato especial. 
  • Agradecer porque trae a  memoria las promesas de Su Palabra para animarnos y alentarnos y  transformar así el atardecer gris en un anochecer con destellos de luz… 
Los escritos antiguos registran estas palabras que hoy llegan a mi mente:

Dios mío, tú alumbras mi vida; tú iluminas mi oscuridad.
Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.

La noche ya está aquí.
El cielo se transformó.
Dios me iluminó con su luz y me confortó con su amor...



Continuará...






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