Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de febrero, 2018

Definitivamente en proceso de transformación…

Aunque sigo “mirando” a algunos personajes contemporáneos a Jesús para aprender de ellos, hoy decidí mirarme en el espejo que son esos escritos antiguos, y esto es algo de lo que vi: “Hola yo soy   Gabriela”… Hasta hace algunos años esta afirmación me producía malestar, impaciencia, inseguridad y otros sentimientos que nada tienen que ver con los del día de hoy. Los días, los meses, los años, las estaciones transcurren sin que uno pueda tomarlos fuerte de la mano para detenerlos junto a nosotros. Y es mejor que eso no pase. De otra forma, nos quedaríamos así como así. Años atrás,   pensar siquiera en quien era,   que hacía, como me sentía, siempre estaba en referencia a otra cosa o a otros. Siempre me definía como mamá de, esposa de, maestra de la escuela tal y otras presentaciones que continuamente estaban de acuerdo al lugar que ocupaba o la actividad que estaba desarrollando. No que aquello no fuera importante, ni que me desagradara, sino que no reflejaba lo que ho

¿Conforme o en proceso de transformación? 2da. parte

Me propuse mirar por unos días a algunos personajes contemporáneos a Jesús. Y todavía me sorprendo cómo tantos siglos después las personas seguimos teniendo los mismos dilemas en nuestro ser… En estos días mi vista está puesta en San Juan Apóstol.¡Qué persona tan especial! Cuando pienso en él solo pienso en palabras tales como  amor, hijitos míos, amados… ¡Cuanta dulzura se perciben en esas palabras!   Solo para tener una semblanza recordemos juntos  algunas palabras que San Juan Apóstol  escribió y que están registradas en los escritos antiguos:   Amados, ahora somos hijos de Dios. 1° Juan 3:2 a  Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1° Juan 3:18 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. 1° Juan 2:1 a Y ahora, hijitos, permanezcan en él  para que. 1° Juan 2:28ª  En esto consiste el amor:  no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros. Amados, si Dios nos ha amado así, nosotros también debe