Siempre lo digo: no me gusta caer en lugares comunes al
escribir. Pero hay ocasiones en que no puedo evitarlo.
Los pensamientos vienen a mi mente de forma recurrente, se
instalan allí y entonces me doy cuenta que tengo que llevarlos al plano de las
palabras.
Esta pequeña serie estarán basados en una palabra que
estamos escuchando muchísimo en estos días y es la palabra “ley ”. Todos
sabemos que es una ley. Debe ser una de las pocas palabras que no admite tantas
interpretaciones diferentes.
Una ley es una norma, un estatuto que debe ser cumplido o
que se cumple de determinada manera. Una
ley se establece para ser cumplida. Las leyes existen desde que existe la
humanidad. Y aunque las hay de varios tipos, podemos pensar en leyes naturales,
en leyes de la física, en leyes de gobierno entre otras.
Pero cómo en este tiempo muchas cosas se agrandan de una forma desmedida, hoy
parecería ser que no podemos andar por la vida sin leyes que nos protejan de
todo y de todos. Así de complicado se ha puesto nuestro mundo.
Ya en los inicios de la humanidad, los escritos antiguos
hablan de una ley. El Dios de Israel había dado a su pueblo un mandato, una ley
muy especial. Decía así:
Estas son las enseñanzas, normas y leyes que el SEÑOR su
Dios me mandó enseñarles. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes
de tu casa, y en tus puertas y el Señor nuestro Dios nos mandó poner en
práctica todos estos mandamientos y tenerle reverencia, para que nos vaya
bien...
En estos días de un sin fin de leyes vuelvo mi vista a esos
escritos antiguos y elijo poner la ley que el Señor nuestro Dios mandó en primer lugar, porque poniendo su ley en
primer lugar tendré la sabiduría y la templanza para respetar y poner en
práctica las leyes de este tiempo.
Mientras tanto estoy pensando en tres leyes para reflexionar:
La ley de la compensación.
La ley de la restitución.
La ley de la sustitución.
Continuará...
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