Estamos
a días de haber comenzado un nuevo año. Estuve tentada a escribir
apresuradamente la semana anterior, pero luego decidí esperar. Quise
pensar. Quise mirar con algo de calma este año. Pero las jornadas se suceden
con prisa o sin ella, dependiendo del lente con el que se mire. Entonces
ya no pude esperar y decidí escribir…
Tal
vez seas del grupo de personas que cuenta los días de acuerdo al calendario
actual y entonces para vos ya han pasado 8 días del mes de enero de 2018, cerca
de 200 horas contadas desde las cero del 1 de enero y más de 12000 minutos.
No te aflijas, no te abrumes. Estoy en ese grupo.
O
tal vez seas del grupo de personas que cuenta sus días por la calidez de sus
relaciones, por las personas que conoció en este nuevo año o lugares nuevos que
ha descubierto; o la música que ha llegado a su alma; por las personas a las
que brindo ayuda o por los colores descubiertos en los árboles y las flores en
estos días… No te aflijas, no te abrumes. Tal vez te pase como a mi, no estoy
en ese grupo. Pero ahora que lo pienso mientras lo escribo, seria hermoso
contar nuestros días por los momentos buenos vividos en el presente o en un
pasado no muy lejano o por las dificultades que hayamos podido superar o porque
no por como cambian los árboles o las flores entre unos y otros días. No te
aflijas, no te abrumes, nadie nos entendería y llegaríamos a destiempo a los
lugares importantes. Era solo un pensamiento en voz alta.
Ya
en los escritos antiguos se registraban algunas de estas vivencias. Parece ser que
la fugacidad del tiempo era una preocupación de los seres humanos desde las estaciones
desde siglos atrás…
Los
escritos antiguos tienen textos escritos en forma de cantos, poesías,
oraciones y otras formas literarias; muchas de ellas derramadas
directamente desde el alma. Una oración muy conocida dice así: Enséñanos
de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. Esta
plegaria estaba dirigida a Dios. En el pensamiento antiguo estaba presente esta
idea de que Dios, el Creador, podría ayudarlos a contar
sus días de tal forma que su corazón adquiera sabiduría
¡Que difícil es eso para nosotros en estos tiempos! podríamos pensar. Sin
embargo esos escritos fueron dados para un grupo de personas como nosotros, con
los mismos anhelos, con las mismas necesidades y dificultades; con la misma
conciencia Dios. Acudir a Dios sabiendo que no hay otra persona u otro lugar
donde adquirir sabiduría era la forma de contar, de vivir sus días...
Y
es que sabiduría no es algo que pueda comprarse ni con mucho ni poco
dinero. La sabiduría de la que hablan los escritos antiguos es un aspecto del
carácter de las personas que se desarrolla necesariamente por el tiempo que le
dedicamos a la reflexión, a la búsqueda de respuestas en nuestra inteligencia
así como en nuestras experiencias y por sobre todo en la búsqueda de
Dios. La sabiduría nos lleva a un mejor entendimiento de las cosas. Por eso los
hombres y las mujeres de las que hablan los escritos antiguos le pedían a Dios,
quien es la fuente de la sabiduría; su ayuda para tenerla ellos también.
Con mucha sencillez entiendo que la sabiduría es algo que se
construye con nuestro carácter y con el paso del tiempo, con el ejercicio de
relacionarse con Dios y con el resto de las personas que nos rodean.
En
estos días mientras escuchaba hablar y reflexionar sobre el nuevo año
alguien refirió estas palabras de los escritos antiguos: Te haré entender, y te
enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Aquellas
mismas personas que le pedían a Dios sabiduría para vivir sus días, contaban
con estas promesas del mismo Dios: te haré entender, te enseñare, y sobre ti
fijaré mis ojos. Dios no los dejaría solos en esa búsqueda. Dios no nos deja
solo en la búsqueda, nos guía a Él y nos atrae con su mirada paciente y amorosa...
Este
si que es un nuevo comienzo. Al menos para mi. No importa tanto entonces en qué
día del año estamos, sino en que día de nuestra vida nos encontramos para
unirla a Dios y sus pensamientos.
En lo espiritual.
En
lo relacional.
En
lo personal.
No
te abrumes, no te aflijas. Es posible es pensar en un nuevo comienzo...
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