Me gusta pensar y decir: “una cosa sin dejar de
hacer la otra”. En este día sería, este año me lleva de la mano, pero yo le voy
marcando el paso…
Y llegamos a una parte muy importante cuando de
comienzos se trata. Llegamos a la parte
en que es necesario hacer una lista. Sí, una lista. Todos o casi todos
necesitan una lista. Yo también. Una lista para ir a comprar cosas al supermercado,
una lista de ropa o cualquier tipo de
artefacto que debería arreglar, una
lista de cosas por descartar, una lista de cosas por comenzar…
¡Esa es la lista que mas me gusta! Y esa lista para mí incluye libros, recetas nuevas,
música, uno que otro estudio, en fin, nuestras listas pueden ser muy diferentes en
un punto. Casi no importa. Lo que importa es el acto de decidir:
- Decidir que quiero comenzar algo nuevo,
- Decidir que quiero seguir o retomar algo que
es importante pero que por alguna razón deje de lado,
- Decidir dejar aquello que aún haciéndolo no produce ningún beneficio.
Cada
uno sabe que colocar en esa lista.
Ahora, ¿por qué creo que esto es necesario hacerlo
en este momento y de esta forma?
En primer lugar porque creo que al pensamiento le siguen dos cosas, o la
palabra o la acción y combinadas nos da como resultado la determinación, es
decir el valor para hacer lo que estoy pensando. Eso que estoy pensando por supuesto nos puede quedar registrado en la
memoria, pero que es mejor si lo escribo y mucho mas si lo comparto con
alguien.
En segundo lugar porque esto es personal. Ninguna
otra persona puede hacer por nosotros la lista de cosas que necesitamos.
Alguien muy cercano a nosotros nos puede ayudar y animar pero la iniciativa es
propia, es personal.
En tercer lugar, porque creo que hay una promesa latente para
los que todavía tienen fe y creen en
el único Dios, del cual tanto nos
hablan los escritos antiguos. Leamos
juntos lo que dicen:
Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un
camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y
baldía...
Es así como dicen los escritos antiguos. No tengo duda. La vida es simple. La vida es sencilla. Y Dios tiene expectativas para nuestra vida. Así
la diseñó el autor de los escritos antiguos, es decir Dios. Tengo que decirlo,
tengo que admitirlo, nosotros los seres humanos lo complicamos de tanto en
tanto.
Yo tengo una lista. Y en los
primeros renglones tengo escrito:
- Trataré de amar a Dios con todo mi corazón, con toda mi ser y con toda mi mente.
- Intentaré tratar a los a los demás como me gustaría que me trataran a mi.
- Trataré de hacer mi vida y la de las personas que me rodean más simple.
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