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Un nuevo comienzo… en lo espiritual



Cuando mis hijos eran chicos, aunque no tanto, encontré una afirmación que a mi  modo de ver resumía mucho de lo quería enseñarles para su vida y  que tenia su base en escritos  antiguos: “Primero Dios, segundo mi prójimo, tercero yo…” Parecía perfecto para tener presente que Dios era lo primero en todo, que el egoísmo no debería tener cabida en sus vidas (eso es difícil para cualquier persona, sin importar la edad) y que por supuesto nuestra persona no  debería quedar afuera sino en el tercer puesto, nada mas…

Esos escritos antiguos  en los cuales estaban basada tal afirmación eran palabras de Jesús. En un encuentro con él, alguien le pregunto:

 ―Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? ―“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—.  Este es el primero y el más importante de los mandamientos.  El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Parece genial. Y en verdad creo que lo es.  Parece ser que tales afirmaciones estaban basadas en otros escritos más antiguos, porque la persona le pregunta: ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?  Y es así, las palabra que Jesús le dijo ya habían sido escritas muchísimos siglos antes su venida. Es decir que “Primero Dios” o “Ama al Señor tu Dios” era algo que la humanidad conocía de mucho tiempo atrás. 

Pero no vivimos en los tiempos de aquellos escritos, ni siquiera en los tiempo de Jesús; que por lo que se,  en algunos aspectos  eran un poco mas sencillos que los actuales, y  en otros como a la  hora de decir, interpretar y tratar de vivir de acuerdo a enseñanzas familiares,  morales o  en base a los mandamientos de Dios muchos tenían diferentes  interpretaciones.  Algo  parecido pasa por  nuestros días. Y entonces parece ser que hoy; algunas palabras tienen tantos significados como personas las pronuncian. Parece ser que cada vez más  nos tenemos que acostumbrar a que todo o casi todo sea según como se mire, o según uno u otro lo cree. No logro adaptarme a eso.

Entonces ¿que tiene que ver todo esto con “Un nuevo comienzo… en lo espiritual”?

Sin vueltas, sin rodeos. Tiene que ver con la sencillez.  

Un nuevo comienzo en lo espiritual seria volver a la sencillez  de una relación  de amor con quien es  “…el Señor nuestro Dios”. 

Una relación de amor donde relación es la correspondencia o conexión que hay entre dos personas y también el trato o unión que existe entre ellas. Esta forma de pensar mi relación con Dios  aquieta mi alma. Porque no es una relación  que da y espera, que pide y recibe todo el tiempo,  sino que es una relación que se corresponde, el amor es de ambos lados, puedo pensar en Dios y hablar con Él de muchas maneras, puedo pensar en Él mientras me maravillo con su creación o puedo pensar en Dios mientras transito por esta vida de camino al cielo. ¿Y Dios? Dios piensa en mi y me ama desde siempre. Los escritos antiguos lo expresan así: «Yo te he amado... con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí” .Para mi estar en conexión con Dios, es estar en una relación sencilla con Él…

En una oportunidad cuando Jesús estaba hablando con sus discípulos  se expreso así de su relación con Dios: Así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre… Anhelo  tener esa relación con Dios, pero no me apresuro, ni me desanimo, solo la tengo muy presente. En esa misma oportunidad Jesús dijo con seguridad: … Por eso me ama el Padre.  Quiero vivir con esa misma certeza…

También una  relación es el trato o unión que existe entre ellas.  Esta forma de pensar mi relación con Dios es muy especial, ya que trato implica familiaridad, confianza e intimidad.  ¿Y con quien tener ese trato si no es con alguien  muy, muy cercano?

Con sinceridad creo que “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con tu alma y con toda tu mente” seria amarlo con todos mis sentimientos,  con todas mis  emociones y con todo mi razonamiento.  En las emociones estarían mis sentimientos y percepciones, y en mi razonamiento estaría el anhelo y la acción de conocerlo mas y mas.  Si logro entablar una relación con Dios de esa forma, creo que sería sencillo un nuevo comienzo en lo espiritual. Porque de momento, somos Dios y yo. Y eso es lo que cuenta.

Continuará

Desde aquellos años en que se los enseñé a mis hijos, tiempo después comprendí que significaba “Primero Dios”… 

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