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Navidad es nacimiento. Y a todo nacimiento le precede la noticia…

Recapitulamos un poquito. Lucas, el escritor del evangelio según San Lucas, era un médico que estaba tratando de poner en orden y  en forma escrita la historia de Jesús, según se la habían enseñado los que habían estado con el Mesías. Lucas quería que su amigo Teófilo conociera bien la verdad de esos eventos que finalmente repartieron la historia en dos partes, antes de Jesús y después de Jesús. Y aunque primero contó otra historia, no perdió de vista cuál era en esta parte del evangelio el punto más importante: El nacimiento de Jesús…

Mientras Elizabeth estaba en su casa, viendo crecer su vientre, esperando al hijo tan deseado por años, en un lugar no muy lejos de allí, una mujer muy joven llamada María  recibe la visita de un ángel… Los escritos antiguos lo cuentan así:
A todo nacimiento le precede la noticia…
Cuando Elizabeth  ya tenía seis meses de embarazo, Dios mandó al ángel Gabriel a la ciudad de Nazaret. El ángel llevaba un mensaje para una joven llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con José.  El ángel entró a donde estaba María, la saludó y le dijo: — ¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo. María se sorprendió mucho al oír un saludo tan extraño, y se preguntaba qué significaba eso.  Entonces el ángel le dijo: —No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio. Vas a quedar embarazada; y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús. Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”.
 María le preguntó al ángel: — ¿Cómo pasará esto, si aún no me he casado? El ángel le contestó: —El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Por eso el niño vivirá completamente dedicado a Dios, y será llamado “Hijo de Dios”  María respondió: —Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho. Y el ángel se fue…
¿No es extraño  que durante este mes los árboles de nuestras casas, los adornos que  compramos o regalamos, las luces que tanto nos atraen estén colmados de ángeles de todos los tamaños y  de todos los colores pero que no recordemos muy bien porque están allí o porque nos gustan tanto?  Tal vez, porque ya hemos olvidado algunas historias. La historia de la visita del ángel Gabriel a María y luego a José es muy importante: Gabriel, el ángel,  fue el portador de la noticia a María, la noticia de que ella sería la madre de Jesús. ¡Qué momento tan especial es cuando recibimos una buena noticia! un buen anuncio y más aún si esa noticia puede llegar a repartir no solo la historia de la humanidad  en dos partes, sino que puede repartir la historia de nuestra vida en dos partes: antes de Jesús y después de Jesús. Antes de Jesús particularmente yo tenía una vida sin esperanza pero después de Jesús, eso cambió…¿Qué se produce en nosotros cuando algo bueno pasa? ¿Hay alegría, hay deseos de contarlo, hay ganas de salir y ver  el sol para asegurarnos de que estamos despiertos? Algo así le paso a María. Los escritos antiguos lo cuentan así:
La noticia es compartida…
 A los pocos días, María fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea, a la casa de Elizabeth. Y cuando Elizabeth  oyó el saludo, el niño saltó de alegría dentro de ella. Elizabeth llena del Espíritu Santo, dijo en voz alta a María: — ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor? Tan pronto como oí tu saludo, el bebé saltó de alegría dentro de mí. ¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!
¡Que relato tan hermoso! ¿Por qué visitaría María a Elizabeth? Los escritos antiguos en Lucas y  otros evangelios dicen que ellas eran parientes y que Juan el hijo de Elizabeth era primo de Jesús, el Mesías. Recordemos lo que compartimos anteriormente: Y tú Juan,  hijo mío, serás llamado: “Profeta del Dios altísimo”. Tú irás delante del Mesías, preparando a la gente para su llegada.
¡Estas dos mujeres ahora estaban unidas no solo por un vínculo familiar  sino por un evento sobrenatural pero a vez tan real! Una mujer estéril logra tener un hijo porque nada hay imposible para Dios, y una mujer virgen llega a tener un hijo por la misma razón porque nada es imposible para Dios. ¡Como quisiera recordar esto muchas veces en los días cuando parece que Dios permanece en silencio… Pero volvamos a la noticia.

La noticia es agradecida…

¡Qué hermoso es llegar a un lugar y ser recibida con palabras de afirmación, de alegría, pero por sobre todo de confianza! Sí. Si, de confianza. Elizabeth, estaba segura  que María era la madre del Mesías que ella y todo su pueblo esperaba y se lo hizo saber con estas palabras que registran los escritos antiguos: ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor? 

  María respondió: ¡Le doy gracias a Dios con todo mi corazón,  y estoy alegre porque él es mi Salvador! Dios tiene especial cuidado de mí, que soy su humilde esclava. El Dios todopoderoso ha hecho grandes cosas conmigo. ¡Su nombre es santo! Él nunca deja de amar a todos los que lo adoran. Dios actúa con poder. Da cosas buenas y nunca deja de ser bondadoso con ellos. Así lo prometió a nuestros antepasados…  Y María se quedó tres meses con Elizabeth. Después, regresó a su casa.

Solo algunas cosas de María que me  conmueven a un punto en que no tengo regreso: María, estaba comprometida con José  y en ese tiempo era como estar casada pero sin vivir juntos. Por lo cual el hecho de que ella estuviera embarazada era un acto de repudio y hasta de muerte. Sin embargo ella confía y cree en lo que Dios le hace saber por medio del ángel. Ella quedaría embarazada pero no sería como todas las demás mujeres.  Cree en Dios porque lo conoce, y sabe de la promesa que Él había  hecho a su pueblo, que enviaría a un Salvador. Ahora ella sería la encargada de llevar en su vientre al Hijo de Dios. Me conmueven las palabras: ¡Le doy gracias a Dios con todo mi corazón,  y estoy alegre porque él es mi Salvador! Dios tiene especial cuidado de mí... Cuando confiamos  en Dios podemos estar seguros que pase lo que pase Dios tiene especial cuidado de nosotros. Es fácil decirlo o escribirlo. Es difícil experimentarlo. Pero es posible no por nosotros sino por quien es Dios. María no estaría libre de dificultades, y  eso no la desanima, al contrario, le da gracias…

Estamos a días de celebrar que Jesús nació. 
¿Conocías la verdadera historia sobre como fue dada y recibida la noticia de que Jesús pronto llegaría a nuestro mundo?
Si ya la conoces, ¿por que no la compartís con alguien que verdaderamente esté necesitando recibir una buena noticia?


Continuará…

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