Un año más
está llegando a su fin. Los meses con sus
días y los días con sus horas se
escaparon de nosotros. O simplemente los
dejamos ir. ¿Quién sabe como fue? Cada uno sabe como fue…
Sin
nostalgia o con ella, con afectos o sin él, eso sí, con esperanza
de días mejores a los vividos vamos preparando la bienvenida a un nuevo año.
Te invito a
mirar estas jornadas como lo que son,
una transición, apenas un pequeño
puente que une dos espacios o un eslabón que une los extremos de una hermosa
cadena. ¿Por qué?...
Porque en el ciclo de la vida todo es importante…
Las
raíces, en un árbol y el vientre donde fui gestado
nos
dejaron su sabia y nos imprimieron su sabiduría.
Luego
fuimos creciendo y los tallos en el árbol y las personas
que nos
cuidaron dieron la forma primaria de lo que somos hoy.
Después,
las ramas con sus hojas y
toda compañía que elegimos o llegaron a nosotros para caminar en la vida,
fueron haciendo grande no solo al árbol sino
también todo nuestro ser...
Y así de
a poco va creciendo el árbol y también nuestra vida.
Finalmente
las hojas se hicieron hermosas y
las
flores dieron sus frutos y los frutos semillas y
el ciclo
de la vida vuelve a comenzar una y otra vez…
Porque
una vez todos fuimos raíces, y
también
tallos, ramas, hojas y frutos y semillas
todos
somos y seremos importantes para alguien…
Hasta el
año próximo, hasta siempre, hasta
las raíces y hasta el cielo...
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