Te
despertaste una mañana o llegaste a la noche de un día con la difícil pregunta
saltando sobre tu cabeza: ¿Para qué estoy en este mundo?
Con
sinceridad en varias oportunidades a lo largo de mi vida me hice esa pregunta.
Algunas veces era porque no encontraba aquello que satisficiera mi alma y en otras era porque en realidad quería que mi vida tuviera un sentido trascendente no
solo para mí sino para las personas a las cuales tenía cerca de mí. Aun cuando
ese interrogante tenía y tiene alguna respuesta sincera, todavía cada tanto me
hago la misma pregunta.
Los
escritos antiguos nos siguen contando muchas cosas sobre David, el gran rey de
Israel. Pero no nos cuentan si David, andaba por allí buscando el para qué de
estar en el mundo. David solo se ocupaba de lo que su padre terrenal le había
enseñado desde muy niño, cuidar las ovejas. Pero Dios, Su Padre Celestial tenía
para él un propósito diferente, tenía un
propósito especial…
Volvamos
sobre esos escritos: Isaí hizo pasar a siete
de sus hijos delante de Samuel. Pero Samuel dijo a Isaí: El Señor no ha escogido a éstos. Y Samuel dijo a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Aún queda el
menor, que está apacentando las ovejas. Entonces Samuel dijo
a Isaí: Manda a buscarlo, pues no nos sentaremos a la
mesa hasta que él venga acá. Y envió por él y lo
hizo entrar…Y el Señor dijo: Levántate, úngele; porque éste es. Entonces
Samuel tomó lo ungió en medio de sus
hermanos; y el Espíritu del Señor vino poderosamente sobre David desde aquel día en
adelante. 1° Samuel 16:10-13 (LBLA)
Allí el
principio del camino. Allí los primeros pasos en el propósito en la vida de
David. Él era un pastor de ovejas cuidando un rebaño y Dios lo elige para gobernar y cuidar un rebaño más grande,
Su Pueblo, el pueblo de Israel...
¿Qué es lo
que ahora mismo ocupa tus días? ¿Cuál el trabajo que estas realizando? ¿Cuál es
el anhelo que hay en tu corazón y en tu mente para tus días futuros? ¿Qué es
eso que te gustaría hacer con alegría y a la vez con esmero y dedicación?
Dios te
eligió y me eligió para realizar una tarea diferente, una tarea especial. Tal vez no sea
ser un rey o reina, tal vez no sea para gobernar o estar al mando de personas o
lugares encumbrados, o tal vez si, pero lo cierto es que Dios nos eligió para
algo y eso es especial. ¿Otro u otra
puedo hacerlo? Tal vez. Pero el te eligió a vos y me eligió a mí. ¡Como quisieras que
tengas esa seguridad! Yo misma la tengo en algo especial para lo cual Dios me espero, me llamó y me eligió y realmente es maravilloso.
Si como
David aceptamos el reto de caminar en sus propósitos, debemos hacerlo en la
seguridad de que Dios estará con nosotras. Otra vez volvamos sobre los escritos
antiguos: David se engrandecía cada vez más, porque el Señor, Dios de los ejércitos, estaba con él.
2° Samuel 5:10 (LBLA).
Y Cuando
cumplimos Su propósito, también bendecimos a otros…
Y comprendió David que el Señor lo
había confirmado por rey sobre Israel, y que había exaltado su reino por amor a
su pueblo Israel. 2° Samuel 5:12
Cumplir el propósito para el
cual Dios nos creó y nos eligió, es uno de los más grandes privilegios que como
hijas e hijos de Dios podemos tener. El saber que estamos haciendo aquellas cosas
que Dios quiere que nosotras hagamos nos da paz y confianza en los pasos
futuros.
Por último al cumplir sus propósitos nuestros semejantes podrían llegar a creer en Dios y quizás hasta percibir Su Gran Amor.
Formar una familia, trabajar en ese lugar que desde tiempo atrás anhelas, transformar tu trabajo en un lugar mejor, alcanzar el final de tus estudios, criar con amor a tus hijos, iniciar con ellos una nueva relación, y por sobre todos ayudar a otros en momentos difíciles, puede ser parte de aquello para lo cual Dios te eligió, puede ser parte de los primeros pasos de caminar en los propósitos de Dios...
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